Especie de diario sin identificar. Aquí publicaré textos ocultos en mi ordenador desde hace demasiado tiempo.
Mal bicho
Obtener enlace
Facebook
X
Pinterest
Correo electrónico
Otras aplicaciones
Y ahora me abro en canal para dejar salir a todos esos
demonios que he ido acumulando en este cuerpo. Y me cierro como una planta
carnívora cuando veo algún mal bicho que viene a dejarme sin ramas.
Ahora es cuando empiezo a sentir que se acaba el invierno. No porque los días sean cálidos, ni siquiera porque haya flores en las colinas. Ahora es cuando empiezo a sentir que el frío que me provocabas está desapareciendo. En mi cuerpo. En mis manos heladas. Aún me entra algún escalofrío cuando oigo hablar de ti, pero ligero y suave. Y no tarda en irse. Ahora es cuando siento que el verano es posible sin ti. Se acaba el invierno. Y tú, con él.
Te dejo. Dejo de mirarte, de buscarte, de esperarte. Te dejo que dejes de hacerlo tú. Dejo de intentar recuperar el tiempo perdido contigo. Lo dejo. Dejo de meterme en tus manos retorcidas. Debo dejarme caminar sin ti a mi lado. Dejo de seguirte. Te dejo ahora, porque para dejarte he tenido que entender que dejarme a mí no era una opción. Te dejo por mí, por ti y por todos mis compañeros. Te dejo así porque ni siquiera tuviste el valor de despedirte. Te dejo. No necesito no dejarte. Eres prescindible igual que todas las personas que nos han dejado, nos dejan y nos dejarán. Te dejo, ya dejé demasiado tiempo que me dejaras tú.
Me creí débil y me puse en blanco. Me quedé sin prisas, sin risas y sin cuestionarlo. Me creí débil y me seguí creyendo lo que decían. Me creí inmutable, pero muté. Ahora sé que nunca lo fui, pero creerlo me hizo crecer callando todo lo que ahora no dejo de decir.
Comentarios
Publicar un comentario