Tu olor en mi boca

Ya no hay donde comprar flores en la avenida. Y la cerveza ya no se enfría. Ni se calienta mientras me distraigo con tus manías. Ya no quedan luces en la guarida. Ni sirve de guía el amor.
Ya no salpicamos los charcos como solíamos hacer. Ya no sé dónde se mete la esperanza de la niña que un día pude ser.
Podría clavarte el aliento si quisieras. Sólo para que sepas cómo sabe tu olor en mi boca. Después de besarte todo parece menos amargo. Más benigno, menos caro.
Cuando juegas al despiste, eres tú quien acaba perdiéndose el premio. Cuando no olvides que la felicidad no se fue, la echaste tú, te parecerás a ese niño que ahora desearía volver a jugársela por ti.

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